La civilización maya habitó una
vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco
estados del sureste de México que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco
y Yucatán; y en América Central, en los territorios actuales de Belice,
Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000
años.
Durante ese largo tiempo, en ese
territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas
mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la
historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes,
pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una
creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció".
Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y
muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia máyense.
Los mayas concebían al juego de
pelota como un ritual. El juego de pelota representa los orígenes del universo
y pretende reactivar los mitos de la creación del maíz y otros fenómenos
astronómicos. Éste es un rito de iniciación, muerte y renacimiento que legitima
la acción militar y el poder político. La lucha (de jugadores, astros o la
pelota) puede representar el encuentro entre los gemelos (del Popol Vuh) y los
dioses del inframundo. Este juego tuvo diversas variantes según la época y el
lugar, por general se utilizaba una pelota hecha de caucho que se golpeaba con la
cintura, las rodillas, los hombros y los codos.
Tlachtli en náhuatl, pokyab o
pok-ta-pok en maya y taladzi en zapoteca. Son los nombres con que se conocía a
una de las actividades sagradas en las culturas clásicas: el juego de pelotas,
el cual se practicaba para conocer el designio de los dioses. El que perdía,
era decapitado.
El campo mide 25 metros de largo
y 4,5 de ancho, y se localiza exactamente a unos 12 kilómetros de la ciudad de
Mérida - capital del estado sureño de Michoacán en un sitio arqueológico
denominado Caucel.
En ese mismo lugar se han
encontrado más de 2.700 montículos, de los cuales al menos 1.500 han aportado
información trascendental. Además, se encontraron 790 estructuras
prehispánicas, aunque se piensa que habría cerca de mil.
Pero esto es lo más importante:
se trata de una zona donde se creía que los mayas no habían desarrollado ningún
asentamiento por falta de zonas de cultivo. De acuerdo a los investigadores, el
descubrimiento de una estructura donde se practicaba el juego de pelota,
confirma la importancia para los mayas de la planicie costera del noroeste de
Yucatán.
¿En qué consistía este juego de
pelota maya?
El espacio de juego tiene planta
en forma de doble T o de I, limitado a los lados por muros verticales o en
forma de talud.
Lo anterior es parte de un
"diseño general", que tiene algunas variantes. Durante el juego se
usaban varios tipos de marcadores, los cuales son tallados en piedra y tienen
diferentes formas, y pueden estar esculpidos o no. Los más conocidos son los
anillos (tlachtemalácatl) por los cuales debía pasar la pelota durante el
juego. También lo son los marcadores esculpidos en forma de cabeza de animal,
que eran empotrados en las paredes laterales de la cancha.
¿Que utilizaban los hombres para
practicar este deporte de pelota?
Los jugadores portaban sobre el
máztlatl (taparrabo) un cinturón de cuero de venado con prolongaciones para
proteger las caderas, así como muleras, rodilleras y un guante en la mano
izquierda. En otras versiones aparecen con lujosos atavíos, cascos y gruesos
cinturones.
¿Qué ocurría la noche anterior al
partido?
La noche anterior al partido, los
participantes hacían penitencia. Al día siguiente los espectadores se sentaban
en lo alto de las murallas, y los jugadores, divididos en dos bandos, se
colocaban frente a frente y a lo largo de las banquetas.
La pelota era de caucho o hule
macizo, es decir que no tenía aire como las pelotas que actualmente conocemos.
Medía entre 25 y 30 centímetros de diámetro, pesaba entre 3 y 2,72 kilogramos.
¿Cómo era el juego?
El juego era de la siguiente
manera: la pelota - de hule - debía golpearse con el antebrazo, las caderas y
con las manos, utilizando una especie de guantes golpeadores o un mazo; la
pelota no debía golpear ninguna otra parte del cuerpo. Sin embargo, existían
variantes: una la constituía el juego de cadera, la segunda el juego de
antebrazo y la tercera, el juego de mazo. Se trataba de que la pelota estuviera
en constante movimiento, sin pasar ciertas marcas.
La pelota para el juego de
antebrazo era más liviana y más pequeña; medía entre 7 y 10 centímetros, con un
peso aproximado de 500 gramos. La pelota para el juego de mazo medía
aproximadamente 15 centímetros de diámetro y pesaba entre 2,5 y 1,81
kilogramos.
El que hacía que un adversario
tocara la pelota con otra parte del cuerpo, o la lanzaba hasta la pared opuesta
o por encima de la muralla, ganaba un punto. Pero la única manera de conseguir
un triunfo definitivo, en cualquier momento, consistía en hacer pasar la pelota
por el anillo (semejante al basquetbol).
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